La Patrona de las misiones

Mercedes de Jesus Molina: La Patrona de las misiones

Mercedes de Jesus Molina es conocida por ser beatificada por el añorado Papa Juan Pablo Segundo el 1 de Febrero de 1985, quien entregó su vida a Dios, y además, fue fundadora del Instituto de las Hermanas de Santa Mariana de Jesús. Si deseas conocer más de ella, su vida y obra, continúa leyendo este artículo hasta el final.

Mercedes de Jesús Molina

Mercedes de Jesús Molina, su vida trascurre entre la ilusión de la juventud y una absoluta entrega a Dios. Huérfana de padres a corta edad, la obliga a vivir la experiencia de una orfandad, no tener familia que la cuidara u orientara.

Sin embargo, esto no fue impedimento para que Mercedes de Jesús Molina  consagrara su vida a Dios y sirviera de corazón y con absoluta entrega a los más necesitados. Justamente, la ausencia de sus padres, marcaría su vida para siempre en el mejor de los sentidos.

Las duras experiencias en la niñez de Mercedes de Jesús Molina, posteriormente, se verían reflejada en su vida, obras y amor y devoción por nuestro amado Señor Dios. Su amor por él era tanto que incluso decidió realizar votos de virginidad y seguir el camino del Maestro Jesús:

Una vida humilde, en donde la meditación, el sacrificio y la oración diaria a Dios no podían faltar en su rutina diaria. Esto no dejo de repetirse ni por un día, por lo cual, su vida fue en ejemplo para muchos otros.

Su entrega, sacrificio, amor al prójimo y hasta heroísmo fueron motivos suficientes para que decidieran beatificar a esa servidora de Dios, Mercedes de Jesús Molina.

Evidentemente, aunque su cuerpo, mente y espíritu, lo había entregado de manera voluntaria y gozosamente a Dios, y aunque alimentase su espíritu diariamente con oración, servicio, amor y sacrificios.

El ayuno y las penitencias a las que se sometía fueron debilitándola hasta que el 12 de Junio de 1883 el cuerpo de la Beata Mercedes de Jesús Molina cede ante la muerte, en un olor muy particular, olor a santidad.

Biografía

Vida de Mercedes de Jesús Molina: Conocida por sus fieles como “La Rosa de las Guayas”, es una mujer que destaca no solo por su amor y entrega de su vida a Dios, dotes religiosos o espirituales, sino más bien por la aplicación de ellos en su vida cotidiana, la cual, la convirtió en un ejemplo de vida e inspiración para muchos otros.

Esta entrega, amor y devoción por Dios se ven materializados al convertirse en fundadora de una Institución muy importante en Ecuador, a la cual bautizó bajo el nombre de “Hermanas marianitas”, bajo el lema (y legado) “Ser amor misericordioso donde hay dolor humano”.

Mercedes de Jesús Molina Ayala, nace el 20 de Febrero de 1828 en Baba, para aquel momento, era conocido como el Departamento de Guayaquil. Fue la cuarta de las hijas de Rosa de Ayala y Olvera y de Don Miguel Molina y Arbeláez, una familia, de muy buena posición económica.

Propietaria de la “Hacienda Guayabo”, en donde habían grandes extensiones de tierra con plantaciones de diversos frutos tropicales y cacao, una verdadera belleza terrenal.

Mercedes de Jesús Molina recibe su bautizo el 5 de Marzo de 1828 en la ciudad de Pueblo Viejo, y tanto su primera comunión como su confirmación la recibe de las manos sagradas del Mons. Francisco Javier de Garioca, el 19 de Mayo del año de 1839, a la edad de once años.

Cuando la beata, había cumplido a penas los dos años de edad, su padre fallece, por lo que su  madre enviuda, y al hacerlo, consagra su vida completa y absolutamente a Dios, y por supuesto, al cuidado de sus hijos, y les inculca valores sólidos como la justicia, la entrega, la verdad, la solidaridad y el amor por el prójimo.

“Merceditas”, como la llamaba amorosamente su madre fue una niña de belleza única, además de poseer gran fortuna, pero lo más hermoso de ella eran sus virtudes especialmente singulares.

Cuando estaba a punto de cumplir los trece años de edad, ya se había convertido en una hermosa y admirada jovencita, la cual, sin buscarlo, atraía a galanes y jóvenes que la cortejaban, lo que no se esperaba, era otro gran golpe, el fallecimiento de su madre en el año de 1841.

Aunque fue un momento bastante amargo y profundamente doloroso, sufre la pérdida de su madre junto a sus hermanos Miguel y María Molina de Ayala. Huérfanos ahora de Madre y Padre, continúan su vida, y ella, se consagra a Dios también.

En el año 1949 Mercedes de Jesús Molina ya con veintiún años de edad, decide rechazar lo que para muchos era un matrimonio de ensueño, y decide entonces entregar su vida al servicio, los huérfanos y la acción evangélica social.

Decide entonces repartir los bienes que le había heredado su adinerada familia con aquellos que consideraba que eran menos afortunados y necesitasen realmente de estos bienes con urgencia.

Sus dotes como ser humano destacan tanto porque aunque de joven vivió al igual que cualquier otro joven de su edad, incluso, se enamoró perdidamente, esto no la hizo perder el norte de lo que consideraba su misión, el servir a Dios.

Mercedes de Jesús Molina, no s dejó llevar por pasiones terrenales, ilusiones o enamoramientos, ella sabía lo que deseaba y decidió escuchar y atender el llamado de Dios. Su vida, la entregó al amor hacia Dios y a la castidad, a mantenerse pura e intacta para su más grande amor: Dios.

El amor que experimentó es un tipo de amor puro, inocente, que no desea nada más que la entrega y el gozo, a diferencia del concepto de “amor” para muchos jóvenes de la actualidad, que lo malinterpretan como vivir una sexualidad desenfrenada e irresponsable, lo cual, evidentemente, trastorna los conceptos de relación de pareja, familia y matrimonio.

La Beata Mercedes de Jesús Molina fue conocida como la pionera de la educación de la mujer, ya que a inicios del siglo XX las escuelas para mujeres eran muy poco conocidas y era considerado más bien privilegio solo para los varones y de las personas adineradas, quienes cancelaban grandes sumas a institutrices y maestros quienes les enseñaban en la comodidad de su hogar.

En resumen, Mercedes de Jesús, es una mujer que participa de un momento histórico y marca el inicio de un nuevo camino. Posee metas claras, sabe exactamente lo que quiere y hacia donde va.

Siempre se preocupó más por la práctica que por la teoría, por el ser servicial, dócil, noble, generar una relación directa, más individualizada y personal, algo maternal, por decirlo de alguna manera.

Era siempre firme, aunque respetuosa, sabía como ponerse en los zapatos del otro, expresar las palabras correctas y ser amable, serena y mostrarse accesible, servicial y amorosa, por lo que diseñó su propio método pedagógico basado en esta relación interpersonal, integral y grupal.

Beatificación

El 8 de Febrero del año 1946, el papa Pío XII, su Santidad para ese momento, decretó ante el mundo la introducción del proceso de beatificación a Mercedes de Jesús Molina, y no fue hasta el 27 de Noviembre del año de 1981 cuando el papa Juan Pablo II consignó el Decreto sobre las Virtudes heroicas y otorgo a esta sierva de Dios el título de “Beata”.

El 1 de febrero del año 1985, “La Rosa de Guayas”, como le conocen cariñosamente, fue finalmente Beatificada durante la visita pastoral del Papa a Guayaquil.

Los restos de Mercedes de Jesús Molina descansaron desde ese momento en la ciudad de Riobamba, en la casa donde había fundado la Congregación de las Marianitas y donde inspiró a otros a ser misericordiosos y a sentir el dolor humano.

Fundadora del Instituto de las Hermanas de Santa Mariana de Jesús

 El Instituto de las Hermanas de Santa Mariana de Jesús fue fundado por Mercedes de Jesús Molina caracterizado por su espiritualidad misionera y la inculturación.

“Una madre amorosa”, así la consideraban los niños huérfanos, con los cuales trabajó por tres años curándoles y sirviéndoles.

Ternura, vocación cristiana, vulnerabilidad, sangre misionera la convirtió en una mujer carismática y amorosa que ayudaba a los más vulnerables y necesitados, eso es Mercedes de Jesús Molina, madre de los desprotegidos y ejemplo de vida.

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